Extraído del libro «equilibrio Sensorial», escrito por Erna Imperatore Blanche, PhD, OTR/L, FAOTA.
Enrique es un niño atractivo de 7 años de edad, al que le gusta jugar con autos de juguetes, figuras de acción y juegos de video. A veces juega con rompecabezas, pero no le gusta jugar a la pelota con los chicos en el recreo. Hace poco se formó un equipo de futbol y todos los amigos participaron, pero él prefirió vitoreralos a jugar.
Sus hermanos mayores se quejan de que rompe sus juguetes. Su mamá se queja de que demora demasiado en ponerse los pantalones y con frecuencia tiene que ayudarlo con su camisa. Siente también que su dormitorio está más desordenado que los otros hermanos y es como si no fuera capaz de limpiarlo aunque trate. Con frecuencia encuentra un libro y se entretiene mirando sus ilustraciones en vez de ordenar. No puede abotonarse la camisa o amarrase los zapatos y su caligrafía es desordenada.



¿Me parezco a Enrique?
Evito hacer actividades que requieran construcción.
Uso mis destrezas sociales y me transformo en un «director».
Me cuesta evitar obstáculos y mi motricidad gruesa y equilibrio son deficientes.
Puede que prefiera las tareas sedentarias como leer o ver televisión.
Es posible que mis habilidades de motricidad fina sean escasas, y que se observen en actividades que requieren el uso de las manos y de herramientas como tijeras, lápices, cucharas, etc..
Puedo haber tenido un retraso en las habilidades de la vida diaria: vestir/desvestir, abotonar, uso de cierres, envases de leche, maquillaje, etc..
Puede que me guste explorar objetos a través del tacto.
Es posible que tienda a llevarme los objetos ala boca para explorarlos.
Me costo aprender a pedalear un bicicleta o triciclo.
Me cuestan las tareas que requieren manipulación.
Puede que tenga dificultades de motricidad oral que afecten cómo pronuncio las palabras o el modo de comer.
Puedo agarrar los objetos con firmeza o dejarlos sueltos.
Puedo parecer débil./ evito participar en deportes grupales.
Evito las tareas que requieren habilidades de organización.
Me tropiezo fácilmente.
Aunque no me importa decir cómo se deben hacer las cosas, prefiero que las hagan por mi.
¿Cómo era yo en la infancia?
Evito hacer actividades que requieran construcción.
Uso mis destrezas sociales y me transformo en un «director».
Me cuesta evitar obstáculos y mi motricidad gruesa y equilibrio son deficientes.
Puede que prefiera las tareas sedentarias como leer o ver televisión.
Es posible que mis habilidades de motricidad fina sean escasas, y que se observen en actividades que requieren el uso de las manos y de herramientas como tijeras, lápices, cucharas, etc..
Puedo haber tenido un retraso en las habilidades de la vida diaria: vestir/desvestir, abotonar, uso de cierres, envases de leche, maquillaje, etc..
Puede que me guste explorar objetos a través del tacto.
Es posible que tienda a llevarme los objetos ala boca para explorarlos.
Me costo aprender a pedalear un bicicleta o triciclo.
Me cuestan las tareas que requieren manipulación.
Puede que tenga dificultades de motricidad oral que afecten cómo pronuncio las palabras o el modo de comer.
Puedo agarrar los objetos con firmeza o dejarlos sueltos.
Puedo parecer débil./ evito participar en deportes grupales.
Evito las tareas que requieren habilidades de organización.
Me tropiezo fácilmente.
Aunque no me importa decir cómo se deben hacer las cosas, prefiero que las hagan por mi.

¿Cómo puedes congeniar conmigo?
No me obligues a participar en deportes o actividades que requieran habilidades motoras.
En algunos casos, tiendo a ser el «amo» a fin de controlar la situación de juego y evitar poner a prueba mis habilidades motoras, escúchame.
Puedo sentirme mejor en situaciones sociales reducidas.
Puede que prefiera tener solo un gran amigo que muchos.
Estaría en mejores condiciones si me dijeras qué se espera de mi cuando me das instrucciones.
¿Cómo me va en el colegio?
No me obligues a participar en deportes o actividades que requieran habilidades motoras.
En algunos casos, tiendo a ser el «amo» a fin de controlar la situación de juego y evitar poner a prueba mis habilidades motoras, escúchame.
Puedo sentirme mejor en situaciones sociales reducidas.
Puede que prefiera tener solo un gran amigo que muchos.
Estaría en mejores condiciones si me dijeras qué se espera de mi cuando me das instrucciones.


¿Cómo soy en casa?
Mi dormitorio está desordenado
Necesito que me recuerden para hacer mis tareas domesticas, para ir a las practicas, ducharme, etc.
Me demoro mucho en vestirme.
Soy fácil de tratar pero me molesta que me pidan que haga algo apurado, por ejemplo salir de casa.
Me cuesta organizar el tiempo, por esto me atraso con frecuencia.
Puedo ser un poco dominante
Me gusta que me ayuden a organizarme con lo que tengo que hacer.

¿Cómo puedes ayudarme?
No me digas que soy torpe.
Divide la tarea en pasos pequeños para que pueda aprender a ejecutarla.
Puede que olvide cómo hacerla la vez siguiente, ten paciencia.
Comprende que estoy tratando de hacer lo mejor que puedo.
No soy flojo.
No critiques mi desempeño.
En vez de eso, proporcióname experiencias positivas en que yo pueda tener éxito.
Provéeme experiencias táctiles y propioceptivas intensas para darme retroinformación adicional.
Aunque no me gustan los deportes, es bueno que esté físicamente activo en actividades que no pongan a prueba mi motricidad, como correr, andar en bicicleta, salir de excursión, escalar, nadar a mi propio ritmo.
Proporcióname actividades de juego que requieran localización de la información y discriminación táctil. Actividades sugeridas: baño con pelotas, encontrar objetos en arena u otras texturas, cepillos, burbujas, etc.
Usa lapiceras y lápices abultados.
Anímame a participar en actividades físicas, llévame al parque, en deportes demos competitivos como correr y nadar.
Ayúdame a ser ordenado y organizarme en el espacio y el tiempo.
Dame tiempo para prepararme y hazme saber para que me estoy preparando. No lo hare bien si me apuras para que salga.

¡Para mi la mejor situación escolar es!
Necesita estructura- libros diferentes para los diversos ramos.
Agendas-mejor si aprendo a usarlas temprano.
Organizadores de armario en mi lugar de trabajo.
Son preferibles las salas de clase pequeñas, sin embrago, también sirven las salas grandes estructuradas.

Como actuó en la vida adulta?…¿En el trabajo, recreación, juego, con mis relaciones sociales?
Son en general inteligente y he podido adaptarme a mi descoordinación motora.
Puede que tenga algunas dificultades para organizar mi vida (hábitos de trabajo, puntualidad, etc.).
Probablemente elegí un trabajo que exija mas pensar, que realizar tareas que requieren coordinación motora.
Soy probablemente un periodista, abogado o profesor universitario.
Me cuesta organizar y priorizar tareas para aumentar mi eficacia.
Soy desordenado o demasiado ordenado.
Si tengo la suerte de contar con una buena secretaria, seré probablemente muy eficiente.
¿Por qué actúo así?
Los problemas de Enrique están relacionados con sus habilidades de planificación motora. Planificación motora es la habilidad de darse cuenta cómo mover el cuerpo y las extremidades en situaciones nuevas. Cuando decidimos actuar en el ambiente, necesitamos:
-Tener una idea de qué hacer ó cómo enfrentar una situación: la habilidad de tener una idea de qué hacer surge en el cerebro. Por ejemplo, cuando nos piden que copiemos algo, necesitamos saber qué copiar y cómo abordar la tarea.
-Unir los pasos motores para realizar la tarea o realizar la planificación motora de la frecuencia de pasos necesarios para llevarla a cabo: la habilidad para la planificación motora tiene lugar también en el cerebro. El área del cerebro responsable de planificar la acción motora recibe una gran cantidad de información sensorial.
– Realizar motóricamente la acción: la habilidad la realizar la tarea ocurre después de que ésta ha sido planificada y las áreas del cerebro responsables de planificarla envían la orden de entrar en acción. No podemos ver la planificación motora, pero si podemos ver el movimiento resultante.

Para desarrollar habilidades de planificación motora es importante procesar la información sensorial proveniente de nuestra piel, músculos y articulaciones, cuando aprendemos tareas nuevas y cuando realizamos tareas habituales que requieren pequeñas modificaciones. Por ejemplo, aprender a construir una torre requiere que el niño integre la información sensorial de sus músculos y articulaciones y la compare con la información visual. Mientras procesa la información visual, sus manos se adaptan para cumplir con las demandas de la tarea de poner un bloque sobre el otro.
